El emperador fue víctima de una conspiración orquestada por un grupo de senadores que se oponía a sus ambiciones, uno de ellos era “su amigo” Brutus. Los llamados Libertadores asesinaron a puñaladas a Julio César durante los días de marzo, cuando este se encontraba junto a la estatua de Pompeyo, sentado en una silla.

 

Fue Augusto, su hijo adoptivo y sucesor, quien señaló el lugar exacto de su muerte con la colocación de una estructura de hormigón de tres metros de ancho. Este lugar fue olvidándose con el paso del tiempo, pero en 1920 Mussolini decidió empezar las obras arqueológicas con poco éxito. Finalmente, las ruinas y los gatos (de hecho, el santuario sigue abierto) se apoderaron del lugar, hasta que en 2019 la casa Bulgari decidió restaurarlo para visitas turísticas.

 

Roma ha estado detrás de esta restauración que ahora nos permite viajar al pasado -2000 años atrás- y que ha supuesto un desembolso de más de 980 mil euros. No ha sido la única ocasión en la que una marca de lujo se ha encargado de la restauración de patrimonio en Roma, ya sucedió con los escalones de la Plaza de España (Bulgari), con la Fontana di Trevi (Fendi) y con la renovación del Coliseo (Tod’s).

 

De hecho, esta apertura en Largo Argentina se produce dos semanas después de que Bulgari haya inaugurado un hotel de cinco estrellas junto al Mausoleo de Augusto en el centro histórico de Roma.

 

 

¡Descubre otros temas relevantes para tu próximo viaje!