Chetumal y alrededores: el rincón caribeño que te va a volar la cabeza
Si estás buscando un destino que combine playas caribeñas, buena comida, historia y aventuras, ponle el ojo en Chetumal. Este lugarcito del sureste mexicano es un secreto bien guardado.
Chetumal no solo tiene paisajes brutales, también es un spot perfecto para desconectar o armar un trip lleno de actividades. Puedes lanzarte a hacer deportes acuáticos, tours ecológicos, comer delicioso o simplemente quedarte en modo zen viendo el mar. ¿Suena bien? Pues espérate, que esto apenas empieza.
Primera parada: la Bahía de Chetumal
Este lugar es un espectáculo. Aquí puedes ver fauna marina, sentir la brisa, y relajarte entre los tonos verdes y azules que parecen sacados de un filtro de Instagram (pero sin filtro). Además, la ciudad de Chetumal tiene mucha onda caribeña y una rica herencia maya que se deja ver por todos lados. Pequeña pero con personalidad.

Bacalar: el Pueblo Mágico que sí hace honor a su nombre
A solo 30 minutitos de Chetumal está Bacalar, hogar de la famosa Laguna de los Siete Colores (spoiler: sí tiene siete tonos, y todos son hermosos). Aquí puedes hacer kayak, flotar en los rápidos, o quedarte tirado en un muelle con los pies en el agua pensando en lo bien que tomaste esta decisión.
También hay comida rica, caminatas románticas, bicis para recorrer el lugar y ese mood de “me quiero quedar a vivir aquí”. Lo tiene todo.
Calderitas y zona arqueológica: mar, ruinas y vibe local
Muy cerquita está Calderitas, un pueblito pesquero con vista al mar que parece sacado de una postal. Es perfecto para comer mariscos frente al agua y luego lanzarte a conocer un poquito del pasado maya en las zonas arqueológicas de Oxtankah e Ichpaatun. Ideal para combinar historia y descanso sin complicarte.
Y no te preocupes si no traes coche: toda esta zona está conectada con minivans súper accesibles. Y dentro de los pueblos puedes moverte en bici o taxi sin complicaciones.

Isla Tamalcab: el paraíso para desconectarte
Justo frente a Calderitas está Tamalcab, una isla mini pero poderosa. Aquí el mood es claro: relax total. Arena blanca, agua cristalina y la sensación de que el tiempo se detuvo para que tú lo disfrutes.
Mahahual: la joya escondida del Caribe mexicano
Si todavía te queda energía (o ganas de más), tu siguiente parada debe ser Mahahual. Otro pueblito pesquero, pero con una de las playas más bonitas que vas a pisar. Aquí puedes hacer snorkel, bucear, pasear en lancha y, si tienes suerte, hasta ver delfines. Sí, así de épico.
Y no te preocupes si no traes coche: toda esta zona está conectada con minivans súper accesibles. Y dentro de los pueblos puedes moverte en bici o taxi sin complicaciones.

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