La solidaridad en tiempos de coronavirus

Sabemos que durante este momento, la gran mayoría de nosotros, estamos en incertidumbre y algunos días parecen ser muy largos. Ya sea que no tengas trabajo, que estes “descansando” sin un goce de sueldo o que tengas un familiar enfermo queremos decirte que solo es una etapa, una no muy conocida: pero esto, igual que otras cosas, va a pasar.

Sin duda ocurriendo un momento histórico y hoy queremos resaltar que las personas a pesar de la tormenta también se están uniendo, muestras de ello son los actos de solidariad. Estamos demostrando que aún en momentos de dificultad podemos dar lo mejor de nosotros mismos. Estos pequeños actos nos traen esperanza y creemos que los buenos actos se contagian. Los mexicanos sabemos muy bien de ello.

Tal vez ha llegado ese momento en el que desde la quietud de nuestros hogares nos detengamos a reflexionar qué es lo que estamos haciendo no solo por nosotros, sino por los demás. No necesariamente tiene que ser algo monetario, incluso desde casa en este momento de crisis las personas han hecho pequeños actos que marcan corazones de todas aquellas personas que no pueden quedarse en casa. Ejemplo de ellos son los dibujos de arcoíris que han empezado a aparecer en las ventanas para difundir la esperanza.

Lo mejor es que podemos mencionar muchos actos de solidaridad:

Ovación por parte de Españoles, Italianos, Peruanos y demás países desde sus balcones todos los días aplauden reconociendo a todas aquellas enfermeras, doctores, auxiliares, transportistas, limpiadores.

Personas que trabajan de forma voluntaria en realización de mascarillas o productos esenciales para el cuidado de los enfermos.

Empresas que donan millones de pesos para investigaciones y creación de respiradores. Para los actos de solidaridad no sé necesita ser millonario, solo un corazón dispuesto.

Sabemos que para todos ahora será un esfuerzo tremendo, pero en esto estamos todos. Te invitamos a que hagas actos de solidaridad, no importa cuál sea, lo que importa es la intención. Tenemos un “enemigo” en común, uno que no sabe de fronteras, religión o condición social.

Estamos seguros de que los actos de solidaridad no van a parar, queremos que este sea el contagio que todos deberíamos recibir.