Si alguna vez pensaste que los viajes en tren eran cosa del pasado, es hora de que te subas a alguno de estos ferrocarriles legendarios y descubras por qué el sonido del vagón sobre las vías aún tiene magia. Aquí te presentamos cinco rutas en tren que te harán replantearte tu próximo destino.
1. La Ruta del Té en Sri Lanka: un viaje entre nubes y hojas verdes
Cierra los ojos e imagina esto: un tren azul serpenteando entre montañas cubiertas de plantaciones de té, campos esmeralda, y templos escondidos entre la niebla. Así es la famosa ruta entre Ella y Kandy, un viaje de seis horas por el corazón salvaje de Sri Lanka. Los británicos lo construyeron en los años 20 para transportar té, pero hoy es una postal viviente. Gente colgando los pies por las puertas abiertas, vendedores ambulantes con samosas y frutas, y un ritmo que te obliga a respirar profundo. No se trata de llegar, sino de dejarte llevar.
2. El Chepe, el tren más valiente de México
¿Un tren que cruza 86 túneles y 37 puentes sobre un cañón más grande que el Gran Cañón? Sí, existe, y se llama El Chepe. Recorre las entrañas de la Sierra Madre Occidental entre Chihuahua y Los Mochis. Ya sea el lujoso Chepe Express o el más auténtico Chepe Regional, este tren no es solo transporte: es una arteria que da vida a comunidades sin acceso por carretera. Pasarás por desfiladeros de vértigo, paisajes que parecen sacados de una película del oeste y estaciones donde el tiempo se detuvo.

3. Bernina Express: cruzando los Alpes como en un cuento
Desde Tirano, en Italia, hasta St. Moritz, en Suiza, el Bernina Express es un desfile de glaciares, túneles tallados en piedra y viaductos imposibles. ¿Lo mejor? Puedes verlo todo desde sus ventanales panorámicos mientras sorbes un chocolate caliente. El tren escala hasta los 2,232 metros en el Lago Bianco y desciende en curvas hipnóticas hacia los cipreses italianos. No olvides sacar tu cámara en el Viaducto Espiral de Brusio… aunque vas a querer dejar el celular y solo mirar.
4. Tren de Flåm: 20 kilómetros que te dejan sin aliento
En Noruega, el tren de Flåm es corto, pero intenso. Solo 20 kilómetros separan Myrdal del fiordo más largo de Europa, el Sognefjorden. ¿Qué te espera? Cascadas que caen con furia, montañas que se alzan como gigantes dormidos y curvas de vértigo que hacen latir el corazón. Todo, desde un tren con ventanas panorámicas diseñadas para que no te pierdas ni un suspiro del paisaje.

5. El tren a Machu Picchu: el viaje hacia la historia
Y si tu brújula apunta hacia lo místico, el tren que atraviesa el Valle Sagrado de los Incas hasta Aguas Calientes te lleva directo al umbral de la historia: Machu Picchu. A bordo, verás ríos de agua cristalina, montañas con forma de dioses y una energía que se siente hasta en los rieles. No es solo un tren; es un viaje hacia una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Cada uno de estos viajes es una historia sobre rieles. Ya sea que quieras perderte entre plantaciones de té, cruzar cañones gigantes o tocar el cielo alpino, hay un tren esperándote. Porque a veces, el mejor camino no es una autopista… es una vía férrea que cruza el corazón del mundo.
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