Imagina despertar con el Caribe acariciando tu balcón, caminar por playas de arena blanca mientras el sol besa tu piel y cenar con los pies en la arena al ritmo de la música tropical. Cancún no es solo un destino: es una experiencia sensorial que combina el azul turquesa del mar, la selva maya y sabores que explotan en tu paladar: ceviche fresco, cochinita pibil y mariscos recién pescados. No olvides tu traje de baño, protector solar reef-safe y una manta ligera para las noches cálidas. Explora la Zona Hotelera, nada en cenotes cercanos, baila en fiestas playeras y pierde la noción del tiempo en la Laguna Nichupté.
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